actinio

Actinio, ¿qué es y par qué sirve?

El actinio es un elemento radiactivo que pertenece a la serie de los actínidos y surge como el producto principal de la descomposición del uranio. Es utilizado como fuente de partículas alfa y en la producción de los neutrones.

Fue descubierto en el año de 1899 por André L. Debierne en Francia, aunque su consolidación práctica y terminación de los registros que le consolidaron como el principal de los actínidos, se logró tres años después por Fernad Giesel.

El nombre proviene de la palabra griega aktinos, que significa radiante o rayo.

Datos fundamentales

El número atómico 89 y el peso atómico 227 identifican al actinio. Diversas cantidades del orden de miligramos del elemento son obtenidas por irradiación de radio en un reactor nuclear.

El actinio funge como un emisor cuya vida media es de veintidós años.

Se han identificado otros seis radioisótopos derivados del actinio con una vida media que va  entre 10 días y menos de un minuto, lo que le hace en ocasiones ser considerado un elemento impredecible.

El actinio y el lantano poseen gran similitud. El compuesto del actinio puede prepararse con el método usado para formar el correspondiente compuesto de lantano con el cual este se vuelve isomorfo en el estado sólido anhidro.

La abundancia y estado natural de este actínido se presenta en muy pequeña proporción (0,002 ppm) en los minerales de uranio. Más podemos encontrar al actinio en una distribución digamos notable, en toda la corteza terrestre.

actinio

Los actínidos, base del actinio

Los elementos actínidos constituyen un grupo de 15 elementos consecutivos en la tabla periódica.

Dichos elementos se encuentran encabezados por el elemento actinio, cuyo símbolo es Ac y de numero atómico 89 llegando hasta el laurencio de símbolo Lw cuyo número atómico es el 103.

Los actínidos son significativamente importantes como grupo, debido a la radioactividad.

A pesar que diversos elementos pueden ser encontrados en la naturaleza, la mayoría de los del grupo de actínidos, han sido obtenidos de manera artificial.

Entre los elementos más importantes se encuentra el uranio y el plutonio, que son los componentes esenciales de las bombas atómicas, pero que afortunadamente han sido cambiados de uso e intencionalidad, siendo actualmente usados con mayor frecuencia para la obtención energía eléctrica.

El actinio y las propiedades generales de su grupo

Estos elementos poseen propiedades similares entre sí, por poseer una disposición de los electrones alrededor del núcleo, confiriéndoles así dicha similitud.

En todo átomo, el número de cargas positivas del núcleo es igual al número de electrones (cargas negativas) que le rodean, lo que determina la neutralidad eléctrica del átomo.

Dichos elementos los podemos ubicar en la tabla periódica uno seguido del otro a medida que va aumentando el número de protones, lo que significa que el elemento que sucede al otro, debe tener un electrón más para que logre balancear la carga positiva del protón que se está adicionando y pueda así mantener al átomo, eléctricamente neutro.

Sobre la estructura atómica del actinio

Todos los actínidos van de manera continuada –digamos, en fila- unos a otros en el período siete de la tabla periódica, teniendo cada uno 86 electrones dispuestos de manera similar a los de los átomos del radón (gas noble), poseyendo tres electrones más que se pueden disponer en los orbitales 6d y 7f, teniendo electrones adicionales empacados en los orbitales.

De manera más específica, esta serie está formada por la inserción de un electrón adicional por cada elemento nuevo que se sucede, subyacente en el orbital 5f.

En el caso de los electrones de valencia, se les encuentra en principio en los orbitales 6d y 7s.

De allí deriva la diferencia patrón entre los átomos de los elementos: El electrón único y profundo en la nube electrónica donde el actinio, se sucede.

El punto incidente es que por su ubicación en la capa quinta, dicho electrón que los distingue termina realmente afectando las propiedades químicas de los actínidos en una escala muy menor.

Los electrones del orbital 5f presentes en el actinio, no se involucran en la formación de uniones o enlaces químicos con otros átomos.

Características destacables

Así como el actinio tiene su número y peso atómico, cada actínido lo posee, siendo este igual al número de protones en el núcleo

Los actínidos forman una serie inusual de 15 elementos que no poseen isótopos estables

Cada isótopo de un actínido se descompone radiactivamente, como sucede con el actinio e el uranio, dando como resultado el que sólo unos pocos elementos de ellos, -los más livianos-, se encuentran en la naturaleza.

Algunos de esos elementos con actinio son el torio y el uranio.

La vida media, promedio o el tiempo preciso requerido para que la mitad de una cantidad de un isótopo desaparezca por descomposición radioactiva, es la medida de la estabilidad del isótopo.

Los isótopos de los actínidos que se descomponen naturalmente, tienen una prolongada vida media. Los que no, son siempre irregulares o inestables, técnicamente impredecibles, como ya se ha citado.

El estado de conservación del actinio para poder “regular” su estabilidad, depende de procesos de conexión en los equipos para que se suceda su proceso químico. Es así como una planta de energía no genera si todos los componentes no han sido alineados o una bomba no detona hasta que se activan los componentes en secuencia y se estimula de alguna manera.

Usos frecuentes

Generación de una explosión atómica debido a la ruptura de ciertos isotopos presentes en el actinio, porque cuando un núcleo atómico se rompe o sufre fisión, termina liberando una gran cantidad de energía.

Funciona para la generación de energía eléctrica, basados en el principio anteriormente descrito. Es así aún más provechosa por no emitir gases contaminantes, smog o humo que afecten al medio ambiente y la capa de ozono.

Su impacto práctico para la generación de energía eléctrica, salvo el detalle de los desechos calientes o polucionadores térmicos que son un problema de control delicado, hacen del actinio y los demás actínidos los únicos materiales fisionables conocidos por el hombre, siendo su impacto práctico de su disposición, algo grandioso para la continuidad de distribución de energía no alternativa.

Los actínidos que se encuentran más allá del plutonio en la ubicación de la tabla periódica, son de vital importancia por ser una buena fuente de calor termoeléctrico y neutrones y poder ser empleados en las terapias o ciclos de radioterapia de los tumores cancerígenos.


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